Un nuevo episodio de la violencia económica genocida
“El colapso del sistema global ocurrirá por la lógica de la dinámica estructural de todo sistema cerrado en el que necesariamente tiende a aumentar el desorden.” Silo en 8.- La violencia, el Estado y la concentración de poder. Cuarta Carta a Mis Amigos. Carta a Mis Amigos. Silo – Obras Completas – Vol. 1.
“Ya no son tiempos en que el 10% de la población pueda disponer, sin límite, del 90% restante. En este sistema que comienza a ser mundialmente cerrado, y no existiendo una clara dirección de cambio, todo queda a expensas de la simple acumulación de capital y poder. El resultado es que en un sistema cerrado no puede esperarse otra cosa que la mecánica del desorden general. La paradoja de sistema nos informa que al pretender ordenar el desorden creciente se habrá de acelerar el desorden.” Silo en 1. Caos destructivo o revolución. Séptima Carta a Mis Amigos. Carta a Mis Amigos Silo – Obras Completas – Vol. 1.
Esto se publicó por primera vez en 1993. Hace 15 años Silo nos explicaba la forma del proceso mundial que llevaba a un desarrollo mecánico de acontecimientos. La actual crisis financiera mundial es una de las expresiones más vistosas de lo que allí anunciaba en términos generales.
También se nos explicaba allí que el actual “orden” económico mundial no es perfectible, sino fundamentalmente insanable. De modo que no es de esperarse que ninguna de las “soluciones” que se intenten cambie la raíz de la crisis y tenga éxito en eliminar el problema de fondo. Es decir, sería una falsa ilusión suponer que lo que se está intentando ahora sea algo más que una “solución” de emergencia para mantener en vida al sistema, un parche para una enfermedad mortal incurable. Esta no es simplemente una de las crisis periódicas y recurrentes del capitalismo, como algunos aman llamarlas para desestimar su gravedad.
No es el caso de repasar aquí los factores que hacen a este sistema inviable, ni tampoco repasar la propuesta humanista. Esto se encuentra desarrollado en nuestra bibliografía. Nuestras bases doctrinarias e ideológicas son totalmente antitéticas a las del sistema imperante. El actual sistema está basado intrínsecamente en la discriminación y la violencia, mientras que la propuesta humanista pone al ser humano como valor central con la no violencia como metodología.
La actual crisis financiera mundial es un caso de violencia económica agravada cuyas consecuencias cubren casi todas las clasificaciones del delito en el derecho penal. Esta crisis económica no es un fenómeno de la naturaleza sin nombres ni caras. Las falsamente llamadas “leyes del mercado” no son ni libres ni ciegas, son intenciones lanzadas en una dirección, y son llevadas a cabo por personas identificables (físicas o jurídicas) implicadas por acción u omisión.
Esta crisis tiene responsables, ya que ha sido motorizada intencionalmente por el capital financiero especulativo. Este está representado por las grandes bancas, las corporaciones multinacionales, y todos los gobiernos y los organismos --nacionales e internacionales-- que actúan en connivencia con estos.Aunque el fenómeno sea sistémico, este ha sido potenciado por las ambiciones imperiales de EE.UU. con el respaldo armado del complejo militar-industrial que la respalda.
Sobre esto ya se venían levantando hace tiempo voces de alarma y se habían señalado indicadores obvios de lo que estaba en ciernes. Pero todo fue desoído por aquellos que se jactan de su “capacidad de liderazgo” y “búsqueda de la excelencia”.Y este caso de violencia económica agravada tiene millones de víctimas. Estas víctimas no están en esas minorías que tendrán que recortar sus ganancias y ambiciones desmedidas, y cuya posición de privilegio se basa en la acumulación de contradicciones históricas. Estas víctimas están entre quienes ya están en la franja de la pobreza, de la malnutrición crónica, de la enfermedad endémica, de la indefensión y la orfandad de toda asistencia, etc.
Y también se cuentan entre los damnificados los muchos que una vez más tendrán que pagar de su bolsillo por las soluciones de emergencia que hoy se implementen para salvar los bolsillos de los pocos.
Mientras los noticieros enfocan las vicisitudes de las mayores bolsas de valores mundiales, se desarrolla en sordina una masacre de millones de seres humanos. No hace mucho atrás, en la prensa se hacían estimados de las posibles víctimas, calculadas en millones de muertes, como resultado del aumento global del precio de los alimentos. Son todos seres humanos que no tienen voz en los noticieros ni voto en las decisiones que se toman: no son inversionistas, no son contribuyentes, no son noticia.
De manera que no sólo tenemos las víctimas, sino también los indiciados, motivo, medio y oportunidad, y las pruebas del crimen contra la humanidad. Los testigos del crimen genocida son incontables. ¿Quedarán las víctimas sumergidas una vez más bajo la cínica etiqueta de “daños colaterales”, como en las llamadas “intervención armada humanitaria”, “guerra al terrorismo” o “ataque preventivo”? Tenemos los elementos para plantear un caso penal (aunque también civil) ante una corte de justicia internacional: pero esto no será viable ni deseable.
“No hay otra salida que revolucionar el sistema, abriéndolo a la diversidad de las necesidades y aspiraciones humanas. Planteadas las cosas en esos términos, el tema de la revolución adquiere una grandeza inusitada y una proyección que no pudo tener en épocas anteriores.” Silo en 1. Caos destructivo o revolución. Séptima Carta a Mis Amigos. Carta a Mis Amigos Silo – Obras Completas – Vol. 1.
Fernando García, Octubre 2008.