dimecres, 10 de desembre del 2008
Hoy, 10 de diciembre, se conmemorará el 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El Partido Humanista, desde sus comienzos, hizo propios los artículos de su contenido y denunció en todo el mundo su violación e incumplimiento.
El sistema de poder establecido es incapaz de satifacer los más elementales derechos fundamentales y así lo ha demostrado después de 60 años. Hoy los derechos humanos se miden en términos económicos. Tienen buena salud y buena educación quien puede pagarla. Se desplaza libremente quien puede pagarlo. Tiene una vivienda digna quien tiene dinero… Y en nombre de los derechos humanos se invaden países y se cometen los más terribles atropellos contra el ser humano.
Los humanistas cuestionamos este sistema inhumano y violento y proclamamos que no hay nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro. Es sobre la base de este ideal que trabajamos por la transformación social y personal. Hoy, más que nunca, es necesario humanizar la tierra: establecer un sistema social capaz de satisfacer los derechos humanos para todos y en todas partes.
En palabras de Silo: Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo. Si los más elementales reclamos sobre el gobierno del propio cuerpo son pisoteados en todas las latitudes, solo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro.
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